jueves, 27 de mayo de 2010

Bolivia: Milagros del Gran Poder

El sábado próximo se realizará la Entrada de Jesús del Gran Poder y ya comenzaron a producirse los milagros que Él nos anunció a sus fieles devotos que prometimos bailar en su honor no sólo ese día, sino los siguientes, hasta que el cuerpo aguante.

El primer prodigio divino que me benefició fue la total desaparición de mis dolores reumáticos en mis ttusus (léase pantorrillas) y en mi wittu wittu (léase la última vértebra, aquella que está situada en la colita donde la espalda pierde su honesto nombre), la milagrosa desaparición de mis dolores se debió al envío de un lote de nuevos medicamentos de parte de mi esposa hispanoparlante que reside temporalmente en España. En mensaje telefónico me dijo: “Cholito mío: Sé que llevas el baile en el cuerpo y la devoción por Jesús del Gran Poder en el alma, y es por ello que te envío en vuelo de AeroSur los novísimos productos médicos para el reumatismo, la artritis, la artrosis y el lumbago, además de dos kilos de Viagra para que distribuyas entre tus amigos de Chuma, Quillacollo y Holanda, que también son devotos del Gran Poder. No te mando Bono del Gran Poder —como me habías pedido— y si te faltare dinero, que te preste nuestra comadre Macacha, que está forrada en plata por vender coca molida y aprensada a los narcotraficantes que aumentan cada día. Que te diviertas sanamente”. Mi comadre Macacha refundió el préstamo que me hizo para el Carnaval de Oruro con un crédito nuevo, no sin antes hacerme jurar ante Jesús del Gran Poder que le pagaría todo con mis próximas remesas que me llegarán de España.

En la lista de milagros previos al Gran Poder recibí ayudas extraordinarias de mi tía Restituta viuda de Batistuta, que vive en Estocolmo, y de mi tía teutona Clotilde von Karajan Quiroga, que vive en Berlín.

Pero los milagros continuaron realizándose pues cuando fui a recoger mis botas de la zapatería Juanito, de Juan Quispe, me las probé y al mirarme en el espejo comprobé que había crecido de estatura pues había llegado a 1,80 metros gracias a los tacones que estarán de moda en esta fiesta, el milagro de crecimiento súbito beneficiará a todos los cholos petisos que bailaremos.

Grande fue mi asombro y gratitud por este Jesús del Gran Poder milagrero cuando acompañé a Macacha a recoger su traje de “china morena” y la modista le entregó un pollerín de seda de 27 centímetros de largo, mientras que su blusa de seda color lila claro permitía lucir su “pechonalidad”. Al ver a mi comadre con prendas de esas dimensiones, comencé a gritar en el taller de la modista: “¡¡¡Milagro, milagro!!!” porque Jesús del Gran Poder me había devuelto la vista ya que anteriormente sólo podía reconocer a camiones de gran tonelaje y a mujeres muy grandes. En cambio ahora pude apreciar el tafanario de mi comadre Macacha cubierto con un pollerín de seda que sólo medía 27 centímetros.

Ya comencé a vivir los milagros del Gran Poder y desde el sábado estaré rezando y bailando, bailando y rezando, o como diríamos en latín: Ora et menéate, como decimos en Cochabamba.

Extraído de La Prensa

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