martes, 5 de abril de 2011

Tres jóvenes crean una eco guitarra

Construyeron un instrumento fino, ecológico y que suena bien. Con el impulso del concurso Innova San Andrés proyectan fabricar guitarras de primera calidad.

Seis meses y 200 dólares invirtieron José Miguel Ando Álvarez, Paola Colque Vinaya y Andrés Salinas Gonzales para fabricar una guitarra con ocho tipos de maderas trabajadas especialmente para obtener una alta calidad acústica.

A sus 25 años, Ando egresará este año de la carrera de guitarra clásica del Conservatorio Nacional de Música. Allí le nació la idea de fabricar su propio instrumento.

Y el certamen del Innova San Andrés, que premia las investigaciones y emprendimientos en la UMSA, fue el perfecto escenario para plasmar su idea.

“Sabía que no podía hacerlo solo, por eso invité a Andrés y Paola”, dice.

Ya inscritos en el concurso, su trabajo de investigación fue arduo. “El tener un plazo límite nos impulsó a concretar el proyecto”, señala Salinas, quien es amigo de Ando desde el colegio. Es licenciado en música, profesor del Conservatorio y experto en la interpretación de la guitarra clásica.

Lo más fácil fue identificar el problema, afirma Colque, quien a sus 22 años ya está culminando la carrera de ingeniería industrial, al igual que Ando.

Como sus dos compañeros, Ando y Salinas son músicos, “saben qué se necesita para tener una guitarra de calidad y con buen sonido”, explica la joven.

Pero además, dice Ando, teníamos que darle un valor agregado, fabricar un instrumento innovador y que tenga el componente ambiental.

Así, su trabajo se centra en elaborar guitarras con materiales recuperados, estratégicamente trabajados y acomodados para garantizar una buena resonancia y, a la vez, abaratando los costos de producción, lo que no significa disminuir su calidad.

“Con esto logramos un instrumento fino y ecológico que se puede vender a un menor precio, disminuyendo además el impacto ambiental”, resalta Ando.

El proceso

Una vez definido el problema a resolver con el proyecto, se fueron a barracas y carpinterías en la búsqueda de su materia prima.

Lo que más encontramos en las carpinterías fueron trozos grandes de pino, recuerda Ando. En las barracas hallaron gabú y ochoa, especies poco cotizadas. Se las usa en los palos de escobas por su bajo costo.

Ambas pueden ser laminadas en delgados espesores, lo cual es ideal como amplificador del sonido en una guitarra.

Para el joven, esas especies tienen gran potencial y puede ser una madera valiosa en la fabricación de guitarras y ya no sólo escobas. “Hay más de 100 especies de maderas en el país pero no las conocemos a todas, falta investigarlas”, reflexiona.

Estudiaron las características de los trozos de madera de las diferentes especies que recolectaron. De algunas, como el gabú, encontraron poca investigación que describa sus propiedades.

Al final, seleccionaron ocho especies para trabajar su guitarra, de la cual ya tenían un modelo aproximado de su forma.

Construcción

Con las maderas seleccionadas, buscaron el asesoramiento de los expertos, los lutieres. Encontrar uno que haga la guitarra de acuerdo a sus especificaciones fue lo más difícil.

Tuvimos suerte de contar con el asesoramiento de un amigo que estudió lutería en Chile y que ahora se especializa en Argentina, recuerda Salinas.

En su corta visita al país el 2010, Carlos Ramalla les mostró un panorama profesional de la lutería, que lamentablemente en el país todavía es empírica. “No está mal la construcción de instrumentos en el país, pero hace falta que haya una profesionalización”, remarca.

En ello coincide Ando, quien señala que la fabricación de instrumentos pasa de padre a hijos por generaciones.

“En teoría ya sabemos cómo hacer una guitarra, porque este amigo nos enseñó desde cómo elegir la madera hasta cómo diseñar las viñetas”, resalta el profesor del Conservatorio.

“Tuvimos que acudir a un lutier porque no contamos con un taller propio ni con las herramientas”, explica Ando.

Los lutieres más expertos son los más cotizados, como Vicente Rodríguez. Encargar la fabricación de un instrumento como la guitarra puede implicar una espera de un año, si se quiere una de calidad, según el estudiante de ingeniería.

Antes de concretar el trabajo con el lutier Víctor Callisaya, otro les falló y les devolvió el dinero del adelanto. Pero finalmente pudieron fabricar la guitarra como la habían diseñado: con ocho tipos de madera.

Salinas resalta que Callisaya tuvo la paciencia de acceder a todos las exigencias que tuvieron durante el proceso de fabricación de la guitarra. “Me tuve que aguantar el deseo de tocar la guitarra cuando la vi concluida, porque le faltaba un tiempo de asentamiento al instrumento”, señala el profesor.

Ando fue el primero en tocarla, luego de afinarla, “el sonido colmó mis expectativas”, dice. Para los jóvenes fue una satisfacción que el proyecto se concretara de acuerdo a lo previsto. Ahora que ganaron el primer lugar del concurso, toman impulso para formar su empresa, para lo cual requieren un capital de 8.000 dólares para iniciar su implementación.

Fuente Página Siete

3 comentarios:

Unknown dijo...

Felicidadesss

Unknown dijo...

Pao te quiero tendrás un futuro exitoso y maravilloso!

Paola dijo...

Adry!! :* gracias amiga, hace tanto tiemnpo ya. Muy lindo que una noticia me ponga en contacto contigo.

Publicar un comentario

Viva el Folklore de nuestra Bolivia, es muy importante tu comentario.

Archivo:

www.flickr.com
Elementos de losfolkloristas Ir a la galería de losfolkloristas