Hace mucho tiempo, un minero novato o “chivato” desesperado por su mala suerte en el Cerro Rico de Potosí llamó al Tío (una deidad típica en las minas del país) para que le ayude; éste acudió y, para asegurarse del trato, le propuso que firme un papel.
En ello, un minero anciano se le apareció al “chivato” y le advirtió que no firme nada. “El Tío me quiere llevar, no tengo más opción”, gritó el joven. “Vamos a juntar piedras y taparemos este callejón para que el Tío no vuelva”, le recomendó.
Tiempo después, el minero volvió a la mina para saludar al anciano y grande fue su asombro al ver la imagen de un Cristo crucificado en el lugar. Así nació la leyenda del Tata Ck’accha o Señor de las Minas, el benefactor de los mineros.
“En cada mina, primero está el Tata Ck’accha y más adentro el Tío. El primero cuida que el segundo no salga y resguarda a los mineros”, explica Judith Llanos Colque, del museo Diego Huallpa.
“Nosotros le pedimos al Tío que nos dé una veta, que haya minerales; pero al Tata Ck’accha, que nos cuide”, resume el minero de Pailaviri Eulogio Laguna.
Desde 1940, centenares de mineros descienden desde el Cerro Rico, el primer sábado de cada febrero, junto al Tata Ck’accha, con las mejores bandas llegadas desde Oruro. La imagen es llevada en hombros a la ciudad, mientras los dinamitazos saludan su paso y el de los morenos, diablos, caporales y más bailarines.
Las fiestas se instalan en los salones, donde el Tata se queda el sábado antes de ir a la misa. El Santo de las Minas, retorna el Jueves de Compadres a la mina, donde esperará el próximo Carnaval. “Esta expresión minera es única en Bolivia”, resume Elizabet Saavedra, de la Gobernación de Potosí.Sucre. A 164 kilómetros de Potosí, en la capital, las carnestolendas se focalizan en particular en el Carnaval de Antaño que se realiza el sábado.“Las familias sucrenses participan del Carnaval, donde los carros alegóricos, las comparsas, las estudiantinas y la ‘batalla de llores’ son lo más colorido”, describe la profesora Iveth Michel Torrico, mientras invita un sandwich de palta, tradicional del Carnaval.
La celebración, olvidada por un tiempo, fue recuperada por radio La Plata. “Ahora participan incluso los centros de acogida de las personas de la tercera edad”, invita Willy Rentería, uno de los organizadores de esta fiesta.
En ello, un minero anciano se le apareció al “chivato” y le advirtió que no firme nada. “El Tío me quiere llevar, no tengo más opción”, gritó el joven. “Vamos a juntar piedras y taparemos este callejón para que el Tío no vuelva”, le recomendó.
Tiempo después, el minero volvió a la mina para saludar al anciano y grande fue su asombro al ver la imagen de un Cristo crucificado en el lugar. Así nació la leyenda del Tata Ck’accha o Señor de las Minas, el benefactor de los mineros.
“En cada mina, primero está el Tata Ck’accha y más adentro el Tío. El primero cuida que el segundo no salga y resguarda a los mineros”, explica Judith Llanos Colque, del museo Diego Huallpa.
“Nosotros le pedimos al Tío que nos dé una veta, que haya minerales; pero al Tata Ck’accha, que nos cuide”, resume el minero de Pailaviri Eulogio Laguna.
Desde 1940, centenares de mineros descienden desde el Cerro Rico, el primer sábado de cada febrero, junto al Tata Ck’accha, con las mejores bandas llegadas desde Oruro. La imagen es llevada en hombros a la ciudad, mientras los dinamitazos saludan su paso y el de los morenos, diablos, caporales y más bailarines.
Las fiestas se instalan en los salones, donde el Tata se queda el sábado antes de ir a la misa. El Santo de las Minas, retorna el Jueves de Compadres a la mina, donde esperará el próximo Carnaval. “Esta expresión minera es única en Bolivia”, resume Elizabet Saavedra, de la Gobernación de Potosí.Sucre. A 164 kilómetros de Potosí, en la capital, las carnestolendas se focalizan en particular en el Carnaval de Antaño que se realiza el sábado.“Las familias sucrenses participan del Carnaval, donde los carros alegóricos, las comparsas, las estudiantinas y la ‘batalla de llores’ son lo más colorido”, describe la profesora Iveth Michel Torrico, mientras invita un sandwich de palta, tradicional del Carnaval.
La celebración, olvidada por un tiempo, fue recuperada por radio La Plata. “Ahora participan incluso los centros de acogida de las personas de la tercera edad”, invita Willy Rentería, uno de los organizadores de esta fiesta.
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