Carnaval de Oruro, "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad":
Oruro, situado a una altitud de 3.700 m en las montañas del oeste de Bolivia, era un importante centro de ceremonias precolombino antes de convertirse en un importante centro minero en los siglos XIX y XX. La ciudad fue refundada por los españoles en 1606 y siguió siendo un lugar sagrado para el pueblo uru, al que venían desde muy lejos para cumplir con los ritos, especialmente la gran fiesta de Ito. Los españoles prohibieron esas ceremonias en el siglo XVII, pero éstas continúan bajo la fachada de la liturgia cristiana: los dioses andinos se ocultaban tras los iconos cristianos, convirtiéndose así en santos. La fiesta de Ito fue transformada en ritual cristiano: la Candelaria (el 2 de febrero), y la tradicional “llama llama” o “Diablada” se convirtió en el baile principal de Oruro.
Todos los años, durante seis días, ese carnaval da lugar el despliegue de toda una gama de artes populares en forma de máscaras, tejidos y bordados. El principal acontecimiento es la procesión (“entrada”), durante la cual los bailarines recorren durante veinte horas, sin interrupción, los cuatro kilómetros de la procesión. Más de 28.000 bailarines y 10.000 músicos repartidos en unos cincuenta grupos participan en el desfile, que ha sabido conservar las características tomadas a los misterios medievales. (Paris, 18 de Mayo del 2001, UNESCO)
La Virgen del Socavón o Candelaria.-
Solicitados por el encomendero de Paria, Lorenzo de Aldana, los padres Agustinos vinieronVirgen del Socavon desde España y se dedicaron a la evangelización del Altiplano boliviano. Sus primeras llegadas son en Challacollo, Paria, Toledo (Oruro) y Capinota en 1559, Sucre y La Paz en 1562, Tapacarí en 1563, Colpa en 1570, Cochabamba en 1578, Potosí en 1584, Tarija, Pilaya y Pascaya en 1588, Copacabana en 1589.
La fundación agustiniana de Challacollo, Paria no fue sólo un centro de irradiación evangelizadora, sino también un centro de promoción social, convertido “en una empresa industrial y agropecuaria de notable potencial; su acción misional quedó teñida por la preocupación asistencial y, aun, por la de una incipiente estación experimental rural” (Josep Barnadas, La iglesia católica en Bolivia, La Paz 1976, pág. 43).
La sensibilidad de los Agustinos por la situación de los indígenas, sobre todo por los trabajadores de las minas, se percibe claramente en las reflexiones de Antonio de la Calancha, el más famoso cronista agustiniano del siglo XVII: “Pero más indios que metales han molido los ingenios, pues cada peso que se acuña cuesta diez indios, que se mueren. En las entrañas del monte resuenan ecos, de los golpes de las barretas. Que con las voces de unos y gemidos de otros, semejan los ruidos al horrible rumor de los infiernos” (Crónica moralizada del Orden de San Agustín en el Perú. Lima 1978, vol. V, pág. 1680).
Los Agustinos traían una fuerte devoción mariana desde España, donde la fiesta de la Candelaria se había establecido ya en el siglo XI como una de las cuatro principales fiestas marianas. Saliendo de España, habían tocado como último puerto, antes de cruzar el océano, Tenerife, en las Islas Canarias, donde existía un Santuario dedicado a la Virgen Candelaria. De ahí la devoción a la Candelaria “se había popularizado especialmente entre los marineros que la tomaron como abogada y la izaron al lado de los timones en las procelosas travesías hacia América” (Guillermo Vásquez Cuentas).
El encomendero de Paria, Lorenzo de Aldana, había creado un Mayorazgo o fundación benéfica a favor de la religión y de los indígenas encomendados a él. En esa fundación había volcado toda su riqueza proveniente de la explotación agrícola y minera. Ampliamente beneficiados por Aldana habían sido los Agustinos. Ellos tenían en la zona de Oruro, Poopó, el Choro, una importante hacienda agrícola. Es probable que con la ayuda de Aldana ellos hayan construido la Capilla de Pie de Gallo (Hoy Santuario del Socavón), para el servicio religioso a sus trabajadores y a los mineros. Y que en esa capilla a algún Agustino o a algún otro artista se le haya encargado pintar la admirable Imagen de la Virgen Candelaria. Aldana muere en el 1573, diez años antes que Francisco Tito Yupanqui tallara, en 1583, la Imagen de la Candelaria para el santuario de Copacabana, igualmente confiado a los Agustinos en 1588. Aldana había nacido en 1508 en Extremadura, en la ciudad de Cáceres, donde era grande la devoción a la Virgen Candelaria.
* Fuente: Archivos Santuario del Socavón, Oruro Bolivia, Pagina Web Santuario del Socavón
Wari (Huari) y Quwak (Dioses de los Urus).-
Wari el dios del fuego y deidad "chotnico" al mismo tiempo para los urus. Quwak, la serpiente, fue la divinidad cosmológica que organizaba el cosmos, integrándolo en un todo. Unía y delimitaba los elementos agua y el fuego solar, siendo , como parte intermedia, en este caso, la tierra.
El Uracharku uru era el territorio del fuego; la comarca de las convulsiones terrestres y los flamígeros estallidos volcánicos. Región ígnea y de humeantes solfataras. Dominios del Dios Wari, divinidad mas antigua y prestigiosa como la misma Quwak.
Algunos autores han equiparado a Wari con el Herakles Griego:
"...'Wari', divinidad de la fuerza y dela Suerte. 'Wari', espíritu poderoso, hijo de 'Wiracocha', puede ser indistintamente bueno o malo. Premia y castiga. El aire agitado, el agus encrespada, la tierra temblorosa, el fuego tumultoso son manifestaciones de 'Wari', que se identifica con el Puma" (Diez de M.;1973)
En la anterior trascripción, ya nos encontramos con el caracter ambivalente de muchas deidades andinas, que "pueden ser indistintamente buenas o malas". El acabado prototipo de esta versatilidad es el "tio de la mina",ultimo avatar del viejo Wari.
Como dios "Chtonico",Wari estuvo asociado a la actividad volcánica. Enriqueciendo el mismo tema, Teresa Gisbert nos hace conocer que en tiempos coloniales, en un pueblo del occidente de Oruro , el culto al volcán fue sustituido por el culto a la Virgen Candelaria, conocida en la ciudad de Oruro como "la virgen de socavón".
" Los agustinos entronizaron a la Virgen de la Candelaria en Sabaya para sustituir el culto al volcán, XVIII" (Gisbert;1980).
Quwak y Wari, prístinos dioses del otora extenso pueblo Uru. Divinidades pervivientes. Deidades diutunas, resucitadas, año tras año, tal vez un tanto desvainadas por el tiempo desfiguradas por la misma plasticidad dinámica del mito, en el carnaval de Oruro.
Quwak y Wari , Dioses afortunados, que sobrevivieron a los embates de Aymaras, Qechuas y Españoles. Dioses vivos en el corazón de un pueblo que ya no los recuerda, pero los preside; o los ve transfigurados, por obra y gracia del sincretismo -¿o será, mas bien, de la simbiosis? - Transcultural.
* Fuente: "La Sagrada serrania de los Urus" de Carlos condarco.
Fuente Carnaval de Oruro 2011
Oruro, situado a una altitud de 3.700 m en las montañas del oeste de Bolivia, era un importante centro de ceremonias precolombino antes de convertirse en un importante centro minero en los siglos XIX y XX. La ciudad fue refundada por los españoles en 1606 y siguió siendo un lugar sagrado para el pueblo uru, al que venían desde muy lejos para cumplir con los ritos, especialmente la gran fiesta de Ito. Los españoles prohibieron esas ceremonias en el siglo XVII, pero éstas continúan bajo la fachada de la liturgia cristiana: los dioses andinos se ocultaban tras los iconos cristianos, convirtiéndose así en santos. La fiesta de Ito fue transformada en ritual cristiano: la Candelaria (el 2 de febrero), y la tradicional “llama llama” o “Diablada” se convirtió en el baile principal de Oruro.
Todos los años, durante seis días, ese carnaval da lugar el despliegue de toda una gama de artes populares en forma de máscaras, tejidos y bordados. El principal acontecimiento es la procesión (“entrada”), durante la cual los bailarines recorren durante veinte horas, sin interrupción, los cuatro kilómetros de la procesión. Más de 28.000 bailarines y 10.000 músicos repartidos en unos cincuenta grupos participan en el desfile, que ha sabido conservar las características tomadas a los misterios medievales. (Paris, 18 de Mayo del 2001, UNESCO)
La Virgen del Socavón o Candelaria.-
Solicitados por el encomendero de Paria, Lorenzo de Aldana, los padres Agustinos vinieronVirgen del Socavon desde España y se dedicaron a la evangelización del Altiplano boliviano. Sus primeras llegadas son en Challacollo, Paria, Toledo (Oruro) y Capinota en 1559, Sucre y La Paz en 1562, Tapacarí en 1563, Colpa en 1570, Cochabamba en 1578, Potosí en 1584, Tarija, Pilaya y Pascaya en 1588, Copacabana en 1589.
La fundación agustiniana de Challacollo, Paria no fue sólo un centro de irradiación evangelizadora, sino también un centro de promoción social, convertido “en una empresa industrial y agropecuaria de notable potencial; su acción misional quedó teñida por la preocupación asistencial y, aun, por la de una incipiente estación experimental rural” (Josep Barnadas, La iglesia católica en Bolivia, La Paz 1976, pág. 43).
La sensibilidad de los Agustinos por la situación de los indígenas, sobre todo por los trabajadores de las minas, se percibe claramente en las reflexiones de Antonio de la Calancha, el más famoso cronista agustiniano del siglo XVII: “Pero más indios que metales han molido los ingenios, pues cada peso que se acuña cuesta diez indios, que se mueren. En las entrañas del monte resuenan ecos, de los golpes de las barretas. Que con las voces de unos y gemidos de otros, semejan los ruidos al horrible rumor de los infiernos” (Crónica moralizada del Orden de San Agustín en el Perú. Lima 1978, vol. V, pág. 1680).
Los Agustinos traían una fuerte devoción mariana desde España, donde la fiesta de la Candelaria se había establecido ya en el siglo XI como una de las cuatro principales fiestas marianas. Saliendo de España, habían tocado como último puerto, antes de cruzar el océano, Tenerife, en las Islas Canarias, donde existía un Santuario dedicado a la Virgen Candelaria. De ahí la devoción a la Candelaria “se había popularizado especialmente entre los marineros que la tomaron como abogada y la izaron al lado de los timones en las procelosas travesías hacia América” (Guillermo Vásquez Cuentas).
El encomendero de Paria, Lorenzo de Aldana, había creado un Mayorazgo o fundación benéfica a favor de la religión y de los indígenas encomendados a él. En esa fundación había volcado toda su riqueza proveniente de la explotación agrícola y minera. Ampliamente beneficiados por Aldana habían sido los Agustinos. Ellos tenían en la zona de Oruro, Poopó, el Choro, una importante hacienda agrícola. Es probable que con la ayuda de Aldana ellos hayan construido la Capilla de Pie de Gallo (Hoy Santuario del Socavón), para el servicio religioso a sus trabajadores y a los mineros. Y que en esa capilla a algún Agustino o a algún otro artista se le haya encargado pintar la admirable Imagen de la Virgen Candelaria. Aldana muere en el 1573, diez años antes que Francisco Tito Yupanqui tallara, en 1583, la Imagen de la Candelaria para el santuario de Copacabana, igualmente confiado a los Agustinos en 1588. Aldana había nacido en 1508 en Extremadura, en la ciudad de Cáceres, donde era grande la devoción a la Virgen Candelaria.
* Fuente: Archivos Santuario del Socavón, Oruro Bolivia, Pagina Web Santuario del Socavón
Wari (Huari) y Quwak (Dioses de los Urus).-
Wari el dios del fuego y deidad "chotnico" al mismo tiempo para los urus. Quwak, la serpiente, fue la divinidad cosmológica que organizaba el cosmos, integrándolo en un todo. Unía y delimitaba los elementos agua y el fuego solar, siendo , como parte intermedia, en este caso, la tierra.
El Uracharku uru era el territorio del fuego; la comarca de las convulsiones terrestres y los flamígeros estallidos volcánicos. Región ígnea y de humeantes solfataras. Dominios del Dios Wari, divinidad mas antigua y prestigiosa como la misma Quwak.
Algunos autores han equiparado a Wari con el Herakles Griego:
"...'Wari', divinidad de la fuerza y dela Suerte. 'Wari', espíritu poderoso, hijo de 'Wiracocha', puede ser indistintamente bueno o malo. Premia y castiga. El aire agitado, el agus encrespada, la tierra temblorosa, el fuego tumultoso son manifestaciones de 'Wari', que se identifica con el Puma" (Diez de M.;1973)
En la anterior trascripción, ya nos encontramos con el caracter ambivalente de muchas deidades andinas, que "pueden ser indistintamente buenas o malas". El acabado prototipo de esta versatilidad es el "tio de la mina",ultimo avatar del viejo Wari.
Como dios "Chtonico",Wari estuvo asociado a la actividad volcánica. Enriqueciendo el mismo tema, Teresa Gisbert nos hace conocer que en tiempos coloniales, en un pueblo del occidente de Oruro , el culto al volcán fue sustituido por el culto a la Virgen Candelaria, conocida en la ciudad de Oruro como "la virgen de socavón".
" Los agustinos entronizaron a la Virgen de la Candelaria en Sabaya para sustituir el culto al volcán, XVIII" (Gisbert;1980).
Quwak y Wari, prístinos dioses del otora extenso pueblo Uru. Divinidades pervivientes. Deidades diutunas, resucitadas, año tras año, tal vez un tanto desvainadas por el tiempo desfiguradas por la misma plasticidad dinámica del mito, en el carnaval de Oruro.
Quwak y Wari , Dioses afortunados, que sobrevivieron a los embates de Aymaras, Qechuas y Españoles. Dioses vivos en el corazón de un pueblo que ya no los recuerda, pero los preside; o los ve transfigurados, por obra y gracia del sincretismo -¿o será, mas bien, de la simbiosis? - Transcultural.
* Fuente: "La Sagrada serrania de los Urus" de Carlos condarco.
Fuente Carnaval de Oruro 2011
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