En las fiestas patronales suelen pasar des- apercibidos aspectos de gran relevancia, que en muchos casos, son más bien opaca- dos por las impresiones del brillo, pero que pueden ser de gran interés para aprender no sólo a conocer nuestra sociedad, sino para participar en la planificación de sus formas de integración y proyección en el medio.
Tal es el caso del preste, que como institución de base para la organización de la fiesta, constituye un sistema que ofrece al individuo reglas para poder participar en ella, formando parte de los mecanismos de asunción de responsabilidades frente a la comunidad que le permiten gozar de todo cuanto ésta pueda aportarle en la “totaliza-ción festiva”.
Siendo desde ya noticia que también hay preste entre los mosetenes (norte de La Paz) y que así mismo, bajo el nombre de alfera-do en el Chaco, para los carnavales (Arete), lo hay entre los Guaraníes al igual que en las planicies de Iscayachi-Tarija, donde es practicado por población estrictamente ori-ginario-campesina monolingüe castellana usando un simbolismo muy parecido al de Ch’utillos del Potosí
rural-urbano quechua hablante, esto es como formas de preste que al menos es necesario mencionar para no abandonar la comprensión de conjunto de un país diverso como Bolivia; cabe introducir la pregunta de si éste encierra alguno o más secretos que nos puedan ayudar a en-tender algo más que la pura fiesta en Bolivia, para tampoco perder la perspectiva del conocimiento de las formas nacionales de pre-sentarse lo diverso de cosas en común que también se desarrollan en el país a la hora de pensar su planificación.
Ahora que acabamos de asistir a la Entrada del Señor del Gran Poder, trataremos de exponer algo del preste urbano paceño y preguntarnos para qué puede ser útil e conocerlo en el contexto de integración nacional por ejemplo para un economista, un ingeniero o un abogado.
Por el hecho de que la dotación de tierras de la reforma agraria del 53 permitió procesos migratorios con aumentos en los ingresos de la población rural para poder consolidarse en la ciudad, el preste urbano en La Paz, manifestado no sólo en el barrio del Gran Poder sino en muchos otros incluyendo a la ciudad de El Alto, con la magnificente vida interior de la fiesta del 16 de Julio, tiene un origen rural complejizado por la vida urbana. En ambas ciudades, los migrantes y descendientes de migrantes, con la posibilidad de tener abierta una amplia gama de opciones para realizar sus circuitos de integración social y económica, se organizan según grupos de vecinos nacidos en el mismo poblado, o en grupos de vecinos del barrio, por linajes familiares, y también, según gremios ocupacionales con o sin organización cooperativa o sindical, con efectos que junto con los grupos de amigos que se pueden formar para honrar una Santa o un Santo patronos en comunidad organizada, han permitido que otras agrupaciones de residentes de pueblos de vecinos y de provincias con contactos y amistades en diferentes clases sociales en la ciudad, también puedan organizarse y/o participar en la fiesta.
Todos ellos, muchas veces sin saberlo, si es que no se conforman como “fraternidades” en que según su antigüedad, distintas pesonas se harán sucesivamente cargo de ser “cabezas” de organización para participar en la fiesta administrando las cuotas de los participantes para divertirse y realizar su fe en común, activan más bien el “preste” siguiendo igualmente la forma del Ayni, como método participativo y sistema básico de organización y sostenibilidad de gestiones que los residentes del campo también practican para alcanzar diversos objetivos, tal como sucede en Arcopongo (aymara hablante), donde hay comunidades en las que, junto a ser “dirigente” en la escuela del pueblo como “alcalde escolar” (un año), y ser “secretario general” del sindicato (otro año), “pasar un alferado” es un requisito indispensable que un joven debe cumplir para consolidar de rechos de propiedad en tierras de la comunidad; allí, de manera análoga al sistema de organización de la fiesta, que desde ya tiene un sistema de rotación por turnos para hacerse cargo de la misma, se aplica también el ayni como método en el que la rotación anual de los cargos de la comunidad permite que los jóvenes participen plenamente en la misma y alcancen sus objetivos como adultos.
Pero siendo el preste eminentemente religioso, a diferencia de la versión urbana del mismo, donde es suficiente con conocer la fecha del Santo patrón como para que el pasante tenga una referencia para organizar la fiesta, en las comunidades del altiplano norte, es también por Ayni que en contacto y diálogo con la Tierra, que la rotación agrícola de las aynoq’as se constituye en el factor que determina a qué comunidad le toca pasar el turno anual de la fiesta.
A su vez, al tocarle el turno a dicha comunidad, ésta activará la sucesión del turno que en su Ayni interno venía llevando acabo para tal efecto, confiando a uno de sus miembros (elegido oportunamente y si acepta asumir su turno como “pasante”, pues esto le significará significativas erogaciones), la responsabilidad de traer la fiesta del Santo no sólo a su comunidad,
sino a las comunidades participantes vecinas. La noción de la responsabilidad a partir del Ayni en diálogo con la tierra (ch’alla)
adquiere matices especiales que permiten entender la “responsabilidad de sí” tal cual el hombre que sentándose un día a mi lado
en una ch’alla de oficinas de El Alto insistió en decirme: “disculpe joven, quisiera decirle: Pachamama, es ser responsable de sí mismo”.
Otro hombre en la fiesta del 14 de septiembre del barrio de Obrajes nos explicaba: “aquel que no pasa preste, también la gente insulta, todos tienen que pasar preste. El preste es de personas mayores responsables, más o menos de 28, 30 años.
El preste es un poquito gastoso, tiene que pagar banda, trago y montón de cosas. A aquel que no pasa preste, se le dice ‘gasta calle de balde’, por eso tiene que pasar preste para caminar en Obrajes bien tranquilo. Entonces a aquel que no pasa preste se le dice “chico” y “chico” se le dice vulgarmente al joven, pero a aquel que pasa preste ya se le dice “señor, caballero”.
Siendo entonces que bajo la forma del Ayni pueden formarse organizaciones de preste donde los participantes pueden no sólo ser individuos sino también grupos en la ciudad tal como el Sindicato de Transportes San Cristóbal, y que desde ya las comunidades, pueden además a través del Ayni producir nuevas autoridades y responsabilidades de cargos para distintas necesidades en que se precise de un organizador o un responsable, la importancia de la forma de organización practicada con la rotación anual de cargos y asunción de turnos que enseña el preste, sea para recibir beneficios, para producir o para brindar servicios a nombre de, o para la comunidad, puede dar luces a los planificadores locales para saber cómo incluir los saberes locales no sólo en la ejecución de proyectos, sino para su uso en la oferta de servicios de utilidad pública a terceros que incluso puedan no saber en qué consiste el Ayni.
En este sentido, el preste enseña un modelo de administración.
Los prestes pasan la fiesta por fe. Cuando el pasante está escuchando la misa que contrató, está estableciendo una relación en el plano individuo-divinidad. Más, cuando está en el local, inaugura otra relación dentro del plano individuo-comunidad.
En la consciencia del pasante suele estar inserta la idea de que el sacrificio económico que realiza para con su comunidad
es, a la vez, un sacrificio para la divinidad.
El vínculo social del preste con aquella surge de una deuda doble, recíproca. Primero el preste se endeuda con sus invitados, su deuda será pagada cuando acepte participar en las respectivas fiestas de los mismos, cuando éstos sean pasantes y le rueguen que asista.
Este primer endeudamiento puede ser de finido como la obligación asumida del individuo para con su comunidad, pero existe
un segundo endeudamiento que conlleva la deuda de la comunidad con el individuo cuando el pasante ha acabado de realizar
su fiesta y ha cumplido con la responsabilidad asumida con su comunidad, resulta que la comunidad queda endeudada con
él. El pasante invitó a todos (dio comida, bebida y banda) y luego todos deben retribuirle. Este elemento es importante,
por que en base al elemento “deuda” que debe ser pagado en especie, se ha formado un sistema de “ética de la responsabilidad y espíritu del capitalismo” que hace del preste un factor muy extendido de la economía boliviana que los especialistas deben tomar en cuenta para entender y proyectar la planificación del país sobre bases reales.
Existen por último otros dos planos de realización de relaciones: a) comunidad-divinidad, en el que la comunidad participa en
la conmemoración de su Santo patrón; y b) comunidad-comunidad, donde el grupo autodefinido recuerda esa autodefinición
al honrar a un Santo en común. Pero, como tal autodefinición se logra por medio de la participación de todos los componentes
de la comunidad a través del Ayni, en el preste se forma un dialogo “dialéctico” de pervivencia de dos elementos juntos, que
para existir no pueden estar ch’ullas el uno del otro, esto es el “lugar de la responsabilidad” del pasante o preste (que se forma primero como concepto, del “lugar de servicio”), y el campo de la “comunidad de servicio”, que siendo la misma que le da vida en su origen al concepto, elige y reconoce seguidamente a un miembro de entre los suyos para que ocupe tal lugar, para manifestar en este caso “una alegría”.
Como tema para el derecho constitucional comparado en contextos interculturales, el preste es importante, porque estando
presente también entre los mosetenes y los guaraníes, contiene en su seno fundacional la misma estructura de
producción de sistemas de autoridad que en cualquier otro caso se aplicaría en una constituyente de origen estudiada por el derecho clásico, y en la que las voluntades de diversos componentes se reúnen para manifestar por ejemplo un Estado o cualquier otra institución con sistema de autoridades interno, que proyecte producir algún servicio o proyección en común de y para quienes participan en el sostenimiento
y organización de la misma.
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