Son indescriptibles las emociones que se sienten cuando pasan las mejores fraternidades con las danzas de la diablada o los caporales, un evento digno de visitar e imposible de imitar.
Jesús Vargas Villena
Recientemente salió a la luz una encuesta digital efectuada a nivel mundial en la que el Carnaval de Oruro, Bolivia gana en votación al de Rio de Janeiro, Brasil convirtiéndose así en el mejor carnaval del mundo y por ende uno de los más visitados.
Para los tarijeños este carnaval si bien no es extraño se lo ve de lejos y poco o nada se entiende sobre sus costumbres y fuerza que tiene, especialmente porque en estos lares también se cuenta con uno de los carnavales más visitados del país. La fama del carnaval andino de Oruro puede también atraer turistas extranjeros hacia el sur.
En Tarija se realiza casi finalizando la programación del carnaval, el denominado Corso de Integración, aunque es más conocido como el Corso Andino en la zona del Mercado Campesino que es organizado por residentes del occidente del país, este evento que tiene un gran apoyo financiero de las instituciones departamentales y municipales, queda muy lejos de lo que realmente se vive en Oruro, y es que cada evento autóctono en su lugar de origen toma más fuerza y valor.
Oruro
Cualquier ciudad reconocida a nivel mundial por determinado evento, tiene todos los accesos de transporte para llegar a la misma, lo cual facilita el turismo, este no es el caso de Oruro. Pese a ser una capital de un poco más de medio millón de habitantes, no tiene un aeropuerto ni regional, menos de carácter internacional. Los visitantes deben hacer escala ya sea en La Paz o Cochabamba. Al llegar a dichas capitales se debe ir a la respectiva Terminal de Buses y pelear por conseguir un boleto en una buena flota.
Al ingresar a la ciudad, el desorden es perceptible, caos vehicular, gente caminando por medio de las calles, vías que van de un lado y del otro confundiendo al conductor al no existir la señalización debida, especialmente si uno va en un vehículo particular y no es del lugar.
En la misma Terminal de esta capital se denota el desorden; además que no se tiene la seguridad necesaria, “agarra bien tus cosas”, es uno de los consejos que te dan al arribar a esa capital.
Ya en la ciudad son escasos los centros de alojamiento disponibles, debido que casi la totalidad están copados por visitantes del interior y exterior del país, por lo que una gran parte de turistas se alquila habitaciones en casas de residentes orureños. Los cuartos tienen precios desde los Bs 200 hasta 500, dependiendo el número de habitaciones, baños y cocina.
En Oruro existen monumentos llamativos que pueden atraer más turismo; sin embargo, al lado de los mismos existen montones de desechos que quitan todo el encanto. Un claro ejemplo es un monumento que se ubica frente a la Terminal de Buses, el cual muestra la importancia del líquido elemento como es el agua, erigiéndose una pila gigantesca; al lado de la misma se halla basura por todos lados.
La bella iglesia del Socavón, lugar al que llegan todos los promesantes bailarines se alza imponente en un cerro, es de una belleza única, de tipo colonial. Al ingresar a la misma existen guias que cuentan la historia del socavón y llevan al visitante hasta el ingreso de la mina, que incitó a que se levante este templo. Al entrar a la mina se puede llegar a conocer al famoso “tío” que es un antiguo dios aymara, al cual se le dejan los cuidados de la mina, luego convertido en diablo por los católicos.
Pero alrededor del templo del Socavón, por lo menos en la época de carnaval, ronda el olor a pis y desechos; además de un fuerte aroma a alcohol. En realidad casi toda la ciudad está impregnada por lo menos en tiempo de carnaval de esos olores. Los baños públicos instalados por la Gobernación, Municipio y entidades privadas no son suficientes para la creciente demanda de turistas.
Otro detalle que también fue tomado en cuenta por visitantes entrevistados, es que no existe una cultura para desarrollar lo que es el turismo, el trato en restaurantes, transporte y diferentes servicios no es el apto, por lo que se necesita una mayor educación respecto a este tema. “Si reclamas algo en un restaurante, los meseros o dueños se enojan con el cliente”, señalan.
Corso
Después de una gran serenata entre bandas de música nacionales, grupos de rock y folklore el corso inicia con gran fuerza por las principales calles de la ciudad. La venta de asientos está dividida. Una parte le corresponde al Municipio, otra a la Gobernación y también la empresa privada tras pagar fuerte sumas a la Alcaldía, teniendo así sus propias butacas para comercializar entradas. Existen los sectores pertenecientes a las telefónicas Tigo, Viva, Entel o la cervecera Paceña. Cada ente privado por medio de diferentes promociones vende entradas al corso, las que además valen para recibir diferentes implementos adicionales como entradas a otras fiestas.
Por esta razón, mientras las cámaras hacen un paneo a las graderías se puede ver gente vestida de rojo, azul, verde, dependiendo el sitio en el que estén sentados perteneciente a alguna empresa.
El ingreso de las fraternidades no se deja esperar por la fuerte emoción que irradian los bailarines. Un aspecto a resaltar es la buena organización, debido que no existen como en los corsos de Tarija lapsos de tiempo prolongados, al existir funcionarios que van junto a las fraternidades llevando banderas de color rojo, amarillo y azul.
La bandera roja significa castigo, lo cual la fraternidad debe pagar para el próximo año con el cambio de lugar o de repetirse las sanciones incluso con dejar de participar del evento. Cuando se levanta la bandera roja los bailarines deben pasar rápidamente, ya que significa que están obstaculizando el paso a otras agrupaciones.
La bandera amarilla es una llamada de atención y previa a la roja. Al ver esta bandera levantada los bailarines deben apurar el paso para evitar una posible sanción.
La bandera azul es para que los participantes puedan bailar con tranquilidad, la misma indica que hay el suficiente tiempo para realizar de forma tranquila su presentación.
Diablos, caporales, osos, tobas y un sinfín de expresiones culturales pasan por la calle, los danzantes en algunos casos prestan o regalan algunas partes de su vestimenta al público como recuerdo.
Pero lo que más impresiona al que llega a esta capital por primera vez es el espectáculo de las bandas de música que realizan su propio show. Los platillos cada cinco minutos vuelan al aire, además de presenciar coreografías de diferente tipo. “En la tele se veía aburrido, pero acá es otra cosa”, comentaba un visitante tarijeño.
En esta demostración se pueden ver las expresiones culturales de todo el país, aunque claro con menor intensidad de Tarija o del oriente, por ejemplo, es muy difícil encontrar una rueda chapaca. Solamente un reducido grupo de turistas tarijeños vestidos con la camisa chapaca se escuchaba gritar desde una de las tribunas de la empresa Viva, incluso en uno de los intervalos consiguieron que la mayoría del público los siga con las estrofas de la canción, “Chapaco soy, chapaco de pura cepa”.
Se dice que en fiestas como el carnaval, el pueblo expresa sus sentimientos e inquietudes ya sea por la situación, política, social u otros. Un claro ejemplo es lo que pasaba en las graderías, cuando desde alguno de los rincones empezaba a corearse el “Evo, Evo......” seguido de diferentes calificativos siendo repetido en las diferentes graderías que se encontraban en la plaza principal 10 de Febrero. Pese a que el mismo presidente Morales estaba unas cuadras más adelante en el palco oficial.
Aunque también cerca del palco también surgieron algunos cánticos a su favor y en contra de la “derecha neoliberal”.
No todas las fraternidades que participan de este carnaval son precisamente de Oruro un
a gran parte son en especial de La Paz y Cochabamba, aunque existen de todos los departamentos, incluso Tarija contó con la participación de un grupo de Sambos Caporales. También se vio un grupo de bailarines europeos bien uniformados realizar pasos de una morenada de forma coordinada.
Una gran parte de estas fraternidades pertenecen a las universidades más importantes del país como la San Simón de Cochabamba o la San Andrés de La Paz que quizá están entre las más esperadas.
El corso que inicia cerca de las 8:00 culmina aproximadamente a las 5:00 en el primer día y a las 3:00 el segundo. El consumo de alcohol es abundante y la falta de baños cada vez más notoria conforme van pasando las horas.
A las 5:00 en inmediaciones a la iglesia del Socavón se espera el alba con la presencia de todas las bandas participantes, siendo un gran espectáculo, aunque el mismo es empañado por los desagradables olores y la cantidad de personas en estado de ebriedad.
Este evento vale la pena conocerlo, tiene un gran valor cultural y emotivo, aunque se deben tomar en cuenta varios aspectos para que el visitante que llegue tanto a esta ciudad como al país, sienta ganas de regresar o en todo caso pueda abrir su horizonte y conocer más festividades como en Santa Cruz o Tarija.
Por esta razón al ser una puerta de ingreso a Bolivia por la denominación de su carnaval, el mismo debe ofrecer al visitante las mejores condiciones, para que los bolivianos puedan aprovechar esta ocasión para ofertar cada una de las regiones.
Percepciones de visitantes tarijeños:
Antonio Casal Baracat-visitante
Lo positivo: un carnaval muy elegante, colorido y de vestimentas majestuosas acompañado de músicos muy alegres. Lo malo: La ciudad muy sucia.
Andrea Segovia Narváez-visitante
Lo bueno es la emoción con que baila la gente y la devoción que tienen a la Virgen. Una de las cosas más lindas son los trajes que utilizan para mostrar la belleza de cada danza.
Me asombró que al hacer la promesa a la Virgen, la mayoría de las personas se comprometen a bordar su propio traje. Mucha gente se conoce de diferentes lugares del mundo. Lo malo es que la ciudad, está llena de fragancias no deseables y mucha basura.
Mavicita Martínez Mancilla-bailarina
Una vez que te involucras haces tu promesa, te comprometes a volver a bailar. Es un espectáculo lindo que se brinda en el que se concentran de todo el país. No todos los bailarines son de Oruro, se atrae el turismo; sin embargo, hace falta que se brinden mejores condiciones sanitarias. Otro detalle es que la gente no está preparada con lo que es el turismo receptivo, ya que vas a un restaurante no te saben atender o te tratan mal, esto lamentablemente sucede casi con todos los rubros.