De las cuatro empresas discográficas tradicionales que aún permanecen activas en el país: Discolandia, Lauro, Cóndor y Alborada, sólo la primera mantiene un estudio de grabación regular, aunque con una producción notoriamente menor a la de décadas pasadas.
Esporádicamente, grupos de cumbia y folklore también ingresan a los sets de Lauro y Cóndor, aunque estas empresas cada vez apuntan más a la venta de productos en stock y la promoción musical. Alborada dejó de producir hace ya buen tiempo.
Óscar Prieto, gerente de producción de Discolandia, asegura que una de las pruebas de la caída de la industria discográfica, es que cada año es más complicado dar el galardón Disco de Oro, que se entrega a los artistas que sobrepasan un parámetro mínimo de ventas.
“Hoy en día entregar un Disco de Oro es muy difícil porque es muy raro que un grupo llegue a niveles aceptables de venta. El que más vendía últimamente era Los Kjarkas”, comenta.
Según Prieto, antes para conseguir un Disco de Oro, un cantante o grupo tenía que vender al menos 3.000 unidades, luego la vara bajó a 2.000, a mil e incluso a 500.
Desde inicios de la década pasada, a veces hay premiación, a veces no. “Cómo vamos a dar este premio si ahora sacamos máximo 400 ó 500 CD por grupo, y sólo si son conocidos y garantizan buena venta”, sostiene.
Luis Aliaga, encargado de Lauro & Cia, y que tiene 17 años de experiencia en el ámbito musical, cuenta que antes producían “entre mil y 3.000 unidades por disco”, pero ahora no se puede ni soñar con llegar a esos niveles.
En el caso de Discos Cóndor, Raúl Mamani, cuenta que aún producen hasta mil unidades de algunos CD, pues una buena parte de éstas sirven para promocionar a los grupos y conseguir contratos para conciertos, giras y fiestas.
Incluso, cuenta, producen discos de varios grupos de música chicha y folklórica peruana. “Hay conjuntos del sur peruano que nos conocen, nos mandan una copia de su demo y sacamos sus discos para el mercado local donde tienen bastantes seguidores”.
Página Siete
Esporádicamente, grupos de cumbia y folklore también ingresan a los sets de Lauro y Cóndor, aunque estas empresas cada vez apuntan más a la venta de productos en stock y la promoción musical. Alborada dejó de producir hace ya buen tiempo.
Óscar Prieto, gerente de producción de Discolandia, asegura que una de las pruebas de la caída de la industria discográfica, es que cada año es más complicado dar el galardón Disco de Oro, que se entrega a los artistas que sobrepasan un parámetro mínimo de ventas.
“Hoy en día entregar un Disco de Oro es muy difícil porque es muy raro que un grupo llegue a niveles aceptables de venta. El que más vendía últimamente era Los Kjarkas”, comenta.
Según Prieto, antes para conseguir un Disco de Oro, un cantante o grupo tenía que vender al menos 3.000 unidades, luego la vara bajó a 2.000, a mil e incluso a 500.
Desde inicios de la década pasada, a veces hay premiación, a veces no. “Cómo vamos a dar este premio si ahora sacamos máximo 400 ó 500 CD por grupo, y sólo si son conocidos y garantizan buena venta”, sostiene.
Luis Aliaga, encargado de Lauro & Cia, y que tiene 17 años de experiencia en el ámbito musical, cuenta que antes producían “entre mil y 3.000 unidades por disco”, pero ahora no se puede ni soñar con llegar a esos niveles.
En el caso de Discos Cóndor, Raúl Mamani, cuenta que aún producen hasta mil unidades de algunos CD, pues una buena parte de éstas sirven para promocionar a los grupos y conseguir contratos para conciertos, giras y fiestas.
Incluso, cuenta, producen discos de varios grupos de música chicha y folklórica peruana. “Hay conjuntos del sur peruano que nos conocen, nos mandan una copia de su demo y sacamos sus discos para el mercado local donde tienen bastantes seguidores”.
Página Siete
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