Es la oportunidad ideal para pasarla bien en compañía de las amigas. Es el Jueves de Comadres, fiesta precarnavalera que cada año gana adeptas en el país y que, según investigadores, tiene sus orígenes en España, aunque influenciada por el calendario agrícola local.
Desde los amables valles de Tarija al cambiante clima de La Paz, las “comadres” se han apropiado del jueves previo a las carnestolendas a lo largo de Bolivia. Sin embargo, este éxito nacional es algo relativamente nuevo.
El antropólogo Milton Eyzaguirre indicó que durante décadas la celebración en territorio paceño era impulsada por los residentes chapacos, potosinos o chuquisaqueños. “Es algo que mucha gente conoció recientemente”, agregó el experto del Museo Nacional de Etnografía y Folklore.
Para el historiador Fernando Cajías, el reciente interés por esta festividad es, simplemente, el resurgimiento de una costumbre que, durante la época colonial, formaba parte de la agenda carnavalera.
Más todavía, este investigador confirmó que el Jueves de Comadres tiene sus orígenes en España, concretamente en la región de Asturias, en la costa septentrional de ese país.
Los colonizadores trajeron la tradición al nuevo mundo, que se extendió por los cuatro puntos cardinales. Su fácil aceptación se explica por la posición de sumisión que la mujer sufría en el pasado y que por un día podía escapar de esta realidad.
“Al igual que casi todas las actividades de los Carnavales, el Jueves de Comadres era una de las pocas oportunidades que las mujeres tenían para divertirse sin los límites impuestos por la sociedad de la época, a diferencia de lo que sucedía con los varones”, manifiesta Cajías.
A esto se suma el componente religioso, específicamente el compadrazgo, ya que quienes participan de este festejo no sólo son amigas, sino personas que llegan a establecer esta relación, por ejemplo las comadres de bautizo o de primera comunión.
Además está la influencia del calendario agrícola regional y las tradiciones de la temporada. La celebración se realiza en la época de la cosecha, símbolo de la fertilidad y, con ello, el despertar de la libertad sexual de las mujeres solteras.
“Es en este tiempo cuando se establecen estas relaciones entre ambos sexos”, añade Eyzaguirre. De este modo, el Jueves de Comadres se puede asemejar a un viernes de soltero.
Pero, advierten los investigadores consultados, esta fecha tiene ritos propios, poco conocidos por los varones porque, generalmente, éstos tienen prohibido el ingreso en estas fiestas.
Con el paso de los años esta festividad precarnavalera fue desapareciendo de los centros urbanos, con la excepción de las ciudades del valle, Potosí y Oruro. Ahora, como parte del proceso de construcción de una identidad nacional, el resto del país recupera la costumbre. Cada región imprime su sabor particular, tanto en el desarrollo de la fiesta como en los regalos que intercambia las “comadres” como señal de amistad perpetua y camaradería.
En los valles, abundan frutas de temporada y masas dulces, entre las ofrendas que comparten las amigas.
Jueves de Compadres
El concepto del Jueves de Compadres es similar al de su contraparte femenino. Es por ello que, paradójicamente, su importancia es mucho menor.
“El hombre, tradicionalmente, tiene más días para festejar con sus amigos, eso hace a su jueves algo más rutinario”, explicó Fernando Cajías.
“La mujer, en cambio, tiene pocos de estos periodos de libertad lúdica y por eso son más apreciados”.