lunes, 7 de enero de 2013

Arranca Carnaval paceño 2013 con la resurrección del pepino

Picardía, humor, música y regocijo se opacaron por falta de previsión.

En medio de alegría y caos, se celebró el Desentierro del Pepino en la ciudad de La Paz. El festejo comenzó con mucho entusiasmo; sin embargo, hubo aspectos sobre los que no se tomaron las debidas previsiones, al tratarse de una fiesta masiva y popular.

Regocijo opacado por inconvenientes. A las 13.35 partió, de la puerta del Cementerio General, un numeroso cortejo fúnebre que acompañaba al pepino, quien estaba dentro de un ataúd de color fucsia. A medida que la marcha avanzaba, se fueron sumando más personas, entre adultos, jóvenes y niños, quienes disfrutaban del festejo. Once músicos interpretaban la marcha fúnebre, mientras un grupo de mujeres que representaban a las “viudas” seguían de cerca al pepino, quien, ataviado de un traje rosado y blanco, jugueteaba con la tapa del ataúd.

El personaje carnavalero, con la picardía e irreverencia que lo caracterizan, castigaba, levemente, a los que tenía cerca con su tradicional e infaltable “matasuegras”.

Durante el recorrido —que rodeaba el Cementerio General y entraba por la calle Lino Monasterios, para concluir en la avenida Entre Ríos, detrás del camposanto—, se apreció el contraste entre la marcha fúnebre y una comparsa que iba por detrás, compuesta por más de 100 pepinos y cholitas, quienes bailaban al ritmo de ch’uta.

“¿Por qué me despiertan?”, gritó el personaje con su peculiar voz chillona.

En la avenida Entre Ríos esperaba el escenario para el acto central, el que daba la espalda a la comitiva, dejando a ambos lados de la tarima espacios de escasos metros para que la multitudinaria asistencia pasara al frente, lo que provocó tumultos, empujones y molestia, pues, al parecer, no se realizó un ensayo logístico previo, no se tomó en cuenta el número de personas asistentes —que hasta las 14.30 superaba las 700—, ni las medidas de seguridad necesarias para llevar adelante un festejo sin inconvenientes.

Significado

Público en general y bailarines indican que, para ellos, el Desentierro del Pepino simboliza el inicio de la alegría del Carnaval, además de ser una costumbre enraizada en el pueblo.

La Prensa

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