viernes, 17 de junio de 2011

El Tata estrena manto a un día de la veneración de folkloristas

Los ex prestes derramaron lágrimas al ver al santo con nueva ropa.

Con aceite de bebé y algodón, los prestes limpiaron la imagen del Señor Jesús del Gran Poder hasta vestirlo con el nuevo atuendo de terciopelo e hilos de oro.

Las lágrimas caen de los ojos de los prestes mayores, Richard Carvajal y su esposa Fabiola Gutiérrez, mientras pasan con un algodón los contornos del rostro de la imagen del Señor Jesús del Gran Poder, quien hasta ayer vestía un manto de terciopelo de color amarillo oro.

A las 16:35, los esposos de rodillas oraron al santo, para luego cuidadosamente sacarlo de su atril y proceder a la limpieza. Con algodón, rezos y aceite de bebé, ambos dejaron la imagen brillante. Mientras una mujer caminaba con un rollo de algodón y ofrecía: ¿Quieres un pedazo del algodón? Los devotos agradecidos los recibían y antes de frotar, dijeron: “Con esto me voy a curar Tatita”.

Llegó la hora del cambio. Varios devotos rodearon la imagen, los prestes cuidadosamente le quitaron el manto que llevaba puesto y regalado por los prestes Octavio Condori y Arminda de Condori, del año 2010.

Emocionado Richard fue el primero en colocar el nuevo vestuario, mientras su esposa, aguja en mano, daba finas puntadas para ajustar la prenda a la medida del patrono. Explicó que el nuevo atuendo fue diseñado con tela importada de Japón.

La confección en su totalidad se la realizó a pulso, con hilos finos de oro encadenados. Ahora, el patrono de dos metros y 85 centímetros viste un manto de color beige, que lucirá mañana durante la fiesta mayor. El atuendo está elaborado en terciopelo y gamuza de color café y tiene varios detalles como la luna y el sol, todo bordado a mano.

Rosalía Gonzales, invitada de honor y preste mayor del año 2007, ayudó con el ritual de limpieza, pero no pudo contener las lágrimas debido a la emoción de ver al Tata con otra ropa. “Estar aquí es una alegría muy grande que no se puede explicar”, dijo.

Una vez listo el patrono, los prestes afanados iniciaron una nueva oración, luego con sahumerios e incienso y flores en mano rodearon al santo y le pidieron bendiciones para Bolivia y sus familiares. “Todos necesitamos de Jesús, te pedimos salud y bendición para nuestro país”. dijo Richard, con lágrimas en los ojos, mientras tomaba la mano de su esposa, quien nerviosa agradeció a los familiares, amigos y devotos. “Gracias por estar aquí. Tata te pido que cuides a mis hijos y bendigas a todos los folkloristas del país”.

Familiares, ex prestes, amigos y danzantes abrazaban y auguraban éxitos y bendecían a la pareja anfitriona, mientras un familiar repartía sandwich de chola y Coca-Cola a los invitados que ya iban saliendo del templo del Gran Poder.

Fuente Página Siete

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