Hace una década la mujer ahorraba para comprar y lucir joyas de oro.La mayoría de las bailarinas en la entrada del Gran Poder optó por este sistema para evitar pérdidas en caso de ser asaltadas durante la fiesta mayor del sábado.
Hace diez años, la mujer de pollera que bailaba en la fiesta del Gran Poder ahorraba durante todo un año para lucir joyas de 170 gramos elaboradas con oro. Incluían perlas finas, que eran importadas desde China. Después de su exhibición, las prendas eran guardadas como patrimonio personal.
Hoy, todo eso ha quedado atrás por la modalidad del flete y la oferta del alquiler, pero uno de los factores es la subida del precio del gramo de oro de 200 a 340 bolivianos, mientras que el gramo de plata está a nueve bolivianos. Es por eso que las mujeres que participan en la fiesta mayor optan por joyas diseñadas en plata con baños de oro de 24 kilates o más. De ese modo también cuidan sus objetos de los delincuentes que merodean el recorrido de la entrada interesados en los llamativos topos, ramilletes (joya que sirve de adorno para el sombrero) y aretes de las danzantes.
En un recorrido por las calles América, Tarapacá y la avenida Buenos Aires, de La Paz, donde las joyerías están ubicadas una tras otra, se confirmó que la demanda en prendas de oro disminuyó en los últimos años.
Es el caso de la joyería “Urkupiña”, del artesano Benigno Vadillo, que, junto a su esposa Isabel Rocha, fabrica desde hace 20 años joyas para mujeres de pollera, anillos para hombres, esclavas y collares de oro. Vadillo dijo que la venta de joyas de oro bajó, por lo cual ahora dedica un 80% de su producción a las alhajas de plata y 20% al oro. “Ahora sólo algunos compran oro. Las jóvenes compran más prendas de plata”. Muchas bailarinas gustan de lucir enormes joyas y convertirse en el centro de atención, pero el temor a ser asaltadas y sufrir robos es también uno de los factores para que prefieran material de plata bañado en oro.
“Durante las fiestas sufren robos, les jalan de las mantas e incluso se escapan con sus sombreros y ramilletes”, comenta Guadalupe Cuentas, propietaria de la joyería “Beatriz” de la calle Tarapacá, a tiempo de referirse al constante peligro al que están expuestas las mujeres de las “danzas pesadas”. Éstas son las que usan joyas más vistosas, como anillos en casi los diez dedos de la mano e incluso cadenas, aretes y topos de hasta 25 centímetros, entre otras.
Según datos de Vadillo, de cada diez mujeres que acuden a su joyería ocho compran joyas en plata mientras que las otras dos prefieren las de oro puro para adornar su vestuario de gala.
El artesano utiliza piedras de colores para adornar las joyas. “Son piedras que cuestan 30 bolivianos por unidad e incluso más”, dijo. El precio de las piedras naturales como topacio, la amatista y la bolivianita coadyuvan para que la demanda de oro disminuya.
Fuente Página Siete
0 comentarios:
Publicar un comentario
Viva el Folklore de nuestra Bolivia, es muy importante tu comentario.