Reinas Cruceñas El lujo comenzó en los años 70

Sin lugar a dudas que la Reina del Carnaval es la figura central de la ‘fiesta grande’. Debe estar presente en la mayoría de los eventos, y se puede prescindir de cualquier persona, menos de ella. Es el símbolo de esta celebración.

Tras la primera Reina del Carnaval, Soledad Arrien (elegida por el voto popular en 1937), los trajes que lucían las soberanas eran sencillos. Con el paso del tiempo se fueron haciendo vestidos de fantasía más elaborados y sofisticados.

En la década de los 70 los trajes de las soberanas del Carnaval cruceño sufrieron grandes cambios. Fue la época en que empezó el lujo: se vieron trajes hermosos, grandes y con mucho trabajo de bordados.

Algunas de aquellas soberanas se han mantenido en el ambiente público, como la ex concejala Romy Paz (1977), Blanquita Fernández (1973) y Medul Dabdoub (1975), empresarias e integrantes de instituciones sociales, y Cinthia Roda (1970), esposa de Carlos Dabdoub, reconocido hombre público en nuestro medio.

Ellas forman parte de la historia y el rostro bonito del Carnaval cruceño, recordadas por su belleza y alegría.
Confeccionar estos trajes es un arte
Los vestidos de fantasía de las reinas del Carnaval siempre han sido elaborados en Santa Cruz, con diseños propios y utilizando materiales importados mayormente de Brasil. Al principio de los años 70 estos trajes tenían sólo un tocado con plumas de avestruz y el vestido con bordados de lentejuelas y piedras.
Después llegaron los espaldares y la sofisticación.

‘Pimpi’ de Gutiérrez (madre de Tery y Keny Gutiérrez), Ofelia Saldaña, las hermanas Ortega, Sonia Antelo (madre de Érika Weise) y Blanca Alicia de Roca eran las modistas de las fantasías en los años 70.
1970
Cinthia Roda
Es arquitecta urbanista, trabaja por cuenta propia. Está casada con Carlos Dabdoub y tiene tres herederos: Carlos Benjamín, Gabriela y Carlos Fernando, y un nieto. Radica en Santa Cruz.