lunes, 13 de febrero de 2012

Matracas de quirquincho retumban en el Carnaval de Oruro

Sonriente y altiva, Daniela Gironda, de 17 años, baila y mueve su matraca de quirquincho al ritmo de la morenada, en el último convite del Carnaval de Oruro.

“Esta bendecido y es un símbolo de nuestra cultura y tradición”, dice la joven al referirse al pequeño animal disecado que sujeta en sus manos. Luego, al igual de los otros danzarines, ingresa al templo para reconfirmar su promesa ante la Virgen del Socavón.

Al salir del templo, Gironda, quien es paceña y llega a Oruro para bailar en la Morenada Central Oruro, posa para unas fotografías y luego guarda su quirquincho que fue comprado hace tres años en 150 bolivianos.

No es la única, 867 danzarines, entre hombres y mujeres de la misma fraternidad, fundada el 24 de noviembre de 1924, también lucen matracas con el animal disecado, ello pese a que la Ley 1333 de Medio Ambiente y el artículo 23 de la Constitución Política del Estado prohíben la matanza, cacería y posesión de estos animales que están en peligro de extinción.

Los fraternos de esa morenada, además, visten mantas y chalinas de vicuña para destacarse entre los más de 30.000 danzarines y las 48 agrupaciones que participaron ayer en el último convite del Carnaval de Oruro.

Antonio Llorenti, quien baila tres años morenada, asegura que su quirquincho fue un regalo de un amigo de su fraternidad y que es un símbolo que caracteriza a su comparsa.

“Es verdad que los pobres quirquinchitos mueren, pero es una tradición de Oruro y no se puede perder”, comenta, e incluso confiesa que su matraca lleva el nombre de “Llokalla”.

Sonriente y con 36 años de antigüedad dentro de su fraternidad, Hugo Zeballos, presidente de la Morenada Central Oruro, asegura que participan 867 danzarines y que este año se sumaron sólo 32 nuevos fraternos porque la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO) exige a todos los grupos contar con un máximo de 500 danzarines.

Con respecto al uso de matracas hechas de animales, Zeballos responde: “Usamos el quirquincho desde hace 88 años y es una tradición heredada de nuestros antepasados. Nosotros no somos los depredadores, son los mismos lugareños que matan a estos animales porque son dañinos en la agricultura”.

Además aclara que hay fraternos que compraron su matraca hace más de 30 años y que incluso algunas son heredadas de generación en generación.

Vestido con un elegante terno negro y bailando al ritmo de la banda Poopó, Omar Muriel Vásquez, directivo de la Morenada Central Comunidad Cocani, fundada hace 87 años y otra de las más destacadas del carnaval orureño, dice que en su fraternidad danzan 1.000 personas y que este año no recibieron nuevos danzarines.

“En la actualidad, la fraternidad tiene en su poder unos 400 quirquinchos que usan las cholas y los morenos”, cuenta Muriel, quien al igual que Zeballos asegura que usar una matraca de quirquincho es una forma de demostrar la cultura, tradición y la esencia del Carnaval de Oruro.

Ambos fraternos explican que este año sus comparsas negocian un proyecto con la ACFO, el Viceministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Culturas para realizar un inventario y codificación de todos los danzarines que tengan una matraca hecha de quirquincho y de esa forma prohibir y controlar que los nuevos fraternos adquieran este tipo de matracas.

Nuevas coreografías

Además de reafirmar su promesa de bailar tres años ante la Virgen del Socavón, los más de 30.000 danzarines, de las 48 fraternidades, estrenaron sus nuevos pasos y coreografías.

Jorge Bolívar salta, levanta los brazos y no deja de sonreír. Luego mueve los hombros y grita junto a sus compañeros: “Viva los Sambos Caporales”. Al ritmo de una canción de caporal del grupo Kjarkas, los otros fraternos también lo siguen y piden aplausos al público.

“Algunos pasos son complicados y se requiere mucha destreza y buen estado físico”, cuenta Bolívar, quien baila siete años en esa comparsa. Él, al igual que sus amigos, ensayó nuevos pasos desde hace varios meses para lucirlos este año.

Animado por los aplausos del público, Paris Galán mueve la cabeza y los hombros. Luego sonríe y posa ante la cámara de un periodista.

“Este año tendremos muchas sorpresas en trajes y pasos”, cuenta el danzarín, quien baila en la Fraternidad Kullawada Oruro.

Con alegría y fuerza, Jhenny Barrios baila y coordina los pasos en su fraternidad Tinkus Tolk’as. “Vamos, vamos”, grita y los más de 800 fraternos la siguen igualando sus pasos. “Bailamos por fe y devoción a la Virgen del Socavón”, explica.

La meta de Barrios, al igual que de todos los danzarines, es recorrer los más de tres kilómetros que los separa del templo del Socavón para confirmar su promesa ante la Virgen. En la puerta de la iglesia, miles de bailarines ingresan callados y de rodillas.

Otros fraternos también aprovechan su visita en el templo para hacer bendecir sus matracas de quirquinchos o algún otro amuleto, tal como lo hizo Gironda hace tres años.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Viva el Folklore de nuestra Bolivia, es muy importante tu comentario.

Archivo:

www.flickr.com
Elementos de losfolkloristas Ir a la galería de losfolkloristas