La composición Embrujo de caporal fue elegida entre más de 157 postulaciones para la categoría canción folklórica.
Cuando falta poco más de dos semanas para su debut en el Festival Internacional de la Canción Viña del Mar 2012, uno de los eventos musicales más importantes de la región, Rossana Marín, la representante boliviana para la cita, ultima los detalles de su presentación.
“Es un sueño, un gran logro personal participar a nombre de Bolivia en un escenario tan importante como el de Viña”, confiesa la paceña que incursionó en la música hace más de 14 años.
En un acto programado para hoy a las 9:00, en el Ministerio de Culturas, se oficializará el viaje de Marín a Chile, dado que el festival se desarrollará entre el 22 y 27 de febrero.
En la Quinta Vergara, Rossana cantará el tema Embrujo de caporal, compuesto por su madre, la cantautora potosina Roxana Piza, y que -junto a otros- fue elegido por un jurado chileno entre 157 postulaciones de varios países.
“Es un ritmo de caporal que habla del amor juvenil y de la forma de enamorarse”, cuenta la joven de 24 años, y adelanta que llevará tres trajes de caporal con coloridos diseños exclusivos para lucirlos en sus presentaciones.
Participará en la categoría canción folklórica, en la que competirá con Mauricio Zapata (Chile), La Claque (Canadá), Anabella y Juglares (Colombia), Tais (Argentina) y Saywa (Perú), entre otros.
Marín estará acompañada de cuatro músicos del grupo Jach’a Mallku: Wíndsor Chacón Bustillos (vientos), Vico Félix Choque Silva (charango), Luis Fernando Aguilar Laquis (vientos) y Erick Pérez Valdez (guitarra).
“No podré llevar a danzarines bolivianos para que me acompañen durante la canción porque los organizadoreS de Viña del Mar no lo permiten”, comenta.
La organización del tradicional evento chileno -que corre con los gastos de pasajes y hospedaje- impone reglas y restricciones que los participantes asumen a la hora de postular.
Marín viajará el lunes 13 para preparar su espectáculo junto a la orquesta del festival y los bailarines que le designen.
Está optimista y tranquila y asegura que su principal objetivo es lograr que el multitudinario público reunido en la Quinta Vergara “baile y cante el contagioso ritmo de los caporales”.
Su pasión
Apasionada de la música folklórica, Marín asegura que su madre, quien integró los grupos Bolivia, Los
Signos y Voces Morenas, fue su gran influencia e inspiración. “Mi mamá es un ejemplo a seguir y un gran apoyo en mi carrera artística”.
A pesar de tener el título de ingeniera electrónica, por el momento está dedicada de lleno a la música, como ocurre desde que tenía cinco años. Y no sólo se destaca por cantar, también toca guitarra e instrumentos de percusión y viento.
En ese camino formó parte de las agrupaciones Voces Morenas, Por siempre Mayas y otros, con los que grabó cuatro discos, además de Gaviota libre, el CD con el que el año pasado debutó como solista.
“La música folklórica es mi pasión y siempre he cantado estos ritmos porque son la esencia de mi país”, dice.
Desde que en noviembre de 2011 Rossana se enteró que estaba entre las finalistas, empezó a practicar y capacitarse. Se inscribió a clases de danza y canto y, desde hace algunas semanas, cuando le confirmaron su participación, se dedica casi todo el día a ensayar, pues toma el desafío con mucha responsabilidad y está segura de que correrá con suerte.
Cuando falta poco más de dos semanas para su debut en el Festival Internacional de la Canción Viña del Mar 2012, uno de los eventos musicales más importantes de la región, Rossana Marín, la representante boliviana para la cita, ultima los detalles de su presentación.
“Es un sueño, un gran logro personal participar a nombre de Bolivia en un escenario tan importante como el de Viña”, confiesa la paceña que incursionó en la música hace más de 14 años.
En un acto programado para hoy a las 9:00, en el Ministerio de Culturas, se oficializará el viaje de Marín a Chile, dado que el festival se desarrollará entre el 22 y 27 de febrero.
En la Quinta Vergara, Rossana cantará el tema Embrujo de caporal, compuesto por su madre, la cantautora potosina Roxana Piza, y que -junto a otros- fue elegido por un jurado chileno entre 157 postulaciones de varios países.
“Es un ritmo de caporal que habla del amor juvenil y de la forma de enamorarse”, cuenta la joven de 24 años, y adelanta que llevará tres trajes de caporal con coloridos diseños exclusivos para lucirlos en sus presentaciones.
Participará en la categoría canción folklórica, en la que competirá con Mauricio Zapata (Chile), La Claque (Canadá), Anabella y Juglares (Colombia), Tais (Argentina) y Saywa (Perú), entre otros.
Marín estará acompañada de cuatro músicos del grupo Jach’a Mallku: Wíndsor Chacón Bustillos (vientos), Vico Félix Choque Silva (charango), Luis Fernando Aguilar Laquis (vientos) y Erick Pérez Valdez (guitarra).
“No podré llevar a danzarines bolivianos para que me acompañen durante la canción porque los organizadoreS de Viña del Mar no lo permiten”, comenta.
La organización del tradicional evento chileno -que corre con los gastos de pasajes y hospedaje- impone reglas y restricciones que los participantes asumen a la hora de postular.
Marín viajará el lunes 13 para preparar su espectáculo junto a la orquesta del festival y los bailarines que le designen.
Está optimista y tranquila y asegura que su principal objetivo es lograr que el multitudinario público reunido en la Quinta Vergara “baile y cante el contagioso ritmo de los caporales”.
Su pasión
Apasionada de la música folklórica, Marín asegura que su madre, quien integró los grupos Bolivia, Los
Signos y Voces Morenas, fue su gran influencia e inspiración. “Mi mamá es un ejemplo a seguir y un gran apoyo en mi carrera artística”.A pesar de tener el título de ingeniera electrónica, por el momento está dedicada de lleno a la música, como ocurre desde que tenía cinco años. Y no sólo se destaca por cantar, también toca guitarra e instrumentos de percusión y viento.
En ese camino formó parte de las agrupaciones Voces Morenas, Por siempre Mayas y otros, con los que grabó cuatro discos, además de Gaviota libre, el CD con el que el año pasado debutó como solista.
“La música folklórica es mi pasión y siempre he cantado estos ritmos porque son la esencia de mi país”, dice.
Desde que en noviembre de 2011 Rossana se enteró que estaba entre las finalistas, empezó a practicar y capacitarse. Se inscribió a clases de danza y canto y, desde hace algunas semanas, cuando le confirmaron su participación, se dedica casi todo el día a ensayar, pues toma el desafío con mucha responsabilidad y está segura de que correrá con suerte.
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